Un recuerdo memorable
La ceremonia
Paso número 1.
Conozcámonos
Para crear y oficiar una ceremonia que responda a las expectativas generadas, es imprescindible conocer a la pareja. Escuchar su historia y saber hacer una lectura emocional. Sonsacar el valor que ambos aportan en su vida conjunta.
Mi trabajo consiste en generar total confianza, para que recordéis y compartáis conmigo cada fase vivida. Solo así puedo crear un texto que, no solo condense una historia, sino que sea vuestra historia. Que cada invitado os reconozca en ella y la escuche como algo propio. Y, por supuesto, que podáis conservarla como un recuerdo valioso que dejará constancia escrita para siempre, del cómo habéis llegado hasta esta decisión tan importante que supone unirse en matrimonio.
Paso número 2.
Escribiré el texto
Escribir un buen texto para una ceremonia no consiste tan solo en ordenar una serie de anécdotas, fechas o casualidades. Escribir un buen texto que condensa la esencia de una historia real, para poder ser leído después en el contexto de una ceremonia de boda sin perder nunca la atención de los asistentes, es algo más complejo de lo que puede parecer a primera vista.
Es necesario combinar prosa y verso; dominar el uso del lenguaje narrativo para ser capaz de adaptarlo a una forma teatral. Porque en el fondo, no es tan solo contar una historia auténtica, sino cómo contarla. Para hacerlo bien, hay que conocer la filosofía de lo que sucede en una ceremonia y saber escribir el texto adecuado para cada situación.
Paso número 3.
La ceremonia
Por encima de cualquier consideración, mi fijación para crear y oficiar una ceremonia se asienta en dos claves: lo que se dice allí tiene que ser real y la duración tiene que ser la adecuada. Porque soy consciente de que lo que buscáis es un momento único, que querréis poder recordar para siempre.
Por ello, no debe faltar ni sobrar nada. Ha de premiar la intensidad a la cantidad. Nunca debe darse pie a que los invitados se desconecten del momento. Ha de generarse un ambiente cercano que, paradójicamente, no permita que se pierda en ningún momento la importancia de lo que allí sucede.
Porque por muy simbólica que sea, cuando recordéis vuestra boda recordaréis vuestra ceremonia. Esa es la importancia real que tiene y por ello siempre recomiendo que el diseño y la coordinación del momento lo lleve a cabo un auténtico profesional.