Dos mil once supuso para mí el descubrimiento de una nueva forma de expresarme. Implica conocer a personas reales; escuchar la historia del cómo han llegado al punto de querer celebrar su enlace matrimonial.

El factor creativo se suma al factor humano: el equilibrio perfecto para mis capacidades artísticas. El continuo reto de compartir y consolidar una figura nueva en la iconografía moderna de las bodas en España: la del maestro de ceremonias.

Son ya ocho, los años que llevo generando una experiencia, a través de la cual puedo comprender qué sucede realmente en una ceremonia civil simbólica. La carga emotiva que encierra. La alta exigencia que se deriva del no poder fallar. Porque es un momento soñado, buscado. Precisamente por ello debe salir siempre lo mejor posible.

No decepcionar, –o lo que es lo mismo– ser capaz de mantener la atención plena de todos los asistentes. Que la ceremonia no decaiga en ningún momento. Contar las historias de modo que, sin necesidad alguna de maquillar la realidad en exceso, sean y suenen como lo que son: reales.

Porque no soy alguien conocido, pero sí alguien cercano. Porque personalizo el trato y el trabajo. Así, cada ceremonia es distinta, porque cada pareja es distinta.

Los familiares y amigos tienen también el momento perfecto para convertirse en parte directa en la ceremonia. Su intervención –controlada y supervisada en cuanto a tiempo– es fundamental para resaltar la realidad de lo que allí se vive.

Es un placer poder crear trabajos tan directos; tan a la medida de cada idea, ilusión y deseo de cada pareja que confía en mi experiencia; en mi capacidad artística. Cada pareja que decide vivir una experiencia más en su boda: la de contarle su historia a alguien que, no solo sabrá transcribirla, sino traducirla a un lenguaje que luego le permitirá contarla. Y las palabras quedarán en la memoria, unidas a los sentimientos que allí se generarán.

La grandeza en este trabajo tan aparentemente pequeño, reside en la verdad. La verdad al contar una historia; al crear un momento; al modular las emociones. Poco a poco iré contando cómo lo vivo; cómo lo siento. Poco a poco iré dejando escritos en este blog artículos que servirán, no solo para transmitir cómo trabajo, sino cómo es la figura del maestro de ceremonias.

Por ahora, solo puedo deciros ¡hola! Bienvenidos a este espacio, que es también el vuestro si habéis llegado hasta aquí.

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